Poné las ciruelas en un bol, cubrilas con agua hirviendo y dejalas 24 horas en remojo.
Pelá las manzanas, cortalas en trocitos y llevalas a una olla junto con los 600 cc de agua y 50 gramos del azúcar.
Calentá a fuego suave sin dejar de revolver hasta que el azúcar se haya disuelto por completo; dejá que se siga cocinando 10 minutos más o hasta que las manzanas queden tiernas.
Escurrí las ciruelas, quitales la piel y los carozos y cortalas en cubos; agregalas a la olla de las manzanas junto con el resto de azúcar, el vinagre y los condimentos.
Mezclá bien, subí el fuego y cuando rompa el hervor bajá la llama a mínimo y dejá cocinar, revolviendo cada tanto, por 30 minutos o hasta que el chutney haya espesado.
Envasalo enseguida en frascos esterilizados, llenándolos casi hasta el borde, dejando sólo un dedo libre.
Tapalos bien y conservalos por lo menos 6 semanas en un lugar fresco y oscuro antes de abrirlos.