Pelar las papas y, con ayuda de una mandolina, cortarlas en rodajas bien finas.
Fetear el queso gruyère en láminas o rallarlo; y cortar la manteca en cubos.
En una fuente profunda para horno apenas enmantecada acomodar una capa de papas, superponiendo las rodajas unas sobre otras; salpimentar; distribuir una capa de queso; repartir cubitos de manteca; repetir todas las capas terminando con el queso; y rociar todo con la leche cuidando de repartir parejo por todo el molde.
Tapar con papel aluminio y llevar a horno moderado por 40 minutos.
Cumplido ese tiempo retirar el papel y volver al horno 5 minutos más hasta que las papas queden tiernas y la superficie dorada.