Dejar en remojo los garbanzos por toda una noche. Luego enjuagarlos, cubrirlos con agua y hervir junto con la papa (con cáscara) hasta que estén tiernos.
Limpiar los puerros y picar. Rehogar en una olla con aceite y manteca hasta que estén tiernos. Salpimentar e incorporar los garbanzos escurridos, la papa pelada y cortada en cubitos pequeños.
Incorporar la mitad del caldo y cocinar a fuego bajo durante 10 minutos, revolviendo de tanto en tanto.
Agregar el resto del caldo, las hojas de salvia y cocinar 10 minutos más.