Cortar los extremos de las berenjenas y las capas superiores para eliminar su forma cóncava.
Cortar luego tajadas a todo lo largo de 1 cm de grosor y poner sobre la mitad de ellas una tajada del queso y dos tomates secos previamente hidratados.
Cubrirlas con otra tajada de berenjena, presionar bien y reservar.
Por otro lado, batir los huevos con sal y pimienta y proceder a pasar las berenjenas primero por pan rallado; luego por el huevo; nuevamente por el pan; y finalmente freírlas en aceite bien caliente por todos sus lados.
Retirar, dejar escurrir en papel absorbente y acompañar con jardinera de verduras.